Anastassis Kozanitis, profesor de la Université du Québec á Montréal, expuso sobre los métodos de Aprendizaje basado en proyectos y aprendizaje basado en problemas a 43 profesores de universidades públicas y privadas del país.
Por Dirección de Comunicación. 09 noviembre, 2016.
Foto: Universia. En el taller participaron profesores de la UDEP, Universidad Nacional de Ingeniería, Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad Católica San Pablo, entre otras.
Como todo método de aprendizaje activo, el basado en proyectos (APP) y el Aprendizaje basado en problemas (ABP) se centran en la actividad de los estudiantes, quienes asumen el protagonismo y una mayor responsabilidad para su aprendizaje. Sobre este tema conversamos con el experto Kozanitis, profesor del departamento de Didáctica de la Universidad de Québec, quien dictó un taller a docentes universitarios, convocados por Universia, en el Campus Lima de la Universidad de Piura.
¿Por qué son importantes los métodos APP y ABP?
Con el aprendizaje basado en proyectos, por ejemplo, los estudiantes tienen que aprender a organizarse, a tener iniciativas y a regular su trabajo para cumplir con las exigencias del proyecto, respetando el cronograma y las fechas de entrega. También aprenden utilizar y aplicar sus conocimientos en un contexto práctico, más auténtico y, a veces, para resolver situaciones o problemas complejos.
Este método los puede ayudar a trabajar en equipo de manera eficaz, reconociendo y respetando puntos de vista distintos al suyo, y resolviendo conflictos cuando surgen.
Y, ¿el aprendizaje basado en problemas?
Una de sus características más importantes es que obliga al estudiante a buscar información que le permite proponer soluciones. De esta manera, da sentido a los contenidos teóricos y a los conceptos de la asignatura que está aprendiendo, porque puede saber para qué sirven y cómo pueden ser utilizados para resolver problemas reales o prácticos.
¿Qué actitudes y aptitudes se espera de los docentes que apliquen estas metodologías?
Para quienes tienen poca experiencia, deben tener una actitud de apertura y confianza en sí mismos para probar nuevos métodos; también, deben confiar en que sus alumnos pueden aprender más y mejor con estos métodos, que con el tradicional de las exposiciones magistrales.
Las aptitudes se pueden desarrollar a través actividades: talleres, cursos de pedagogía, lecturas de la literatura pertinente, etc.; o experimentando, quizás con la ayuda de un colega, con sus propios estudiantes, dentro de una asignatura. La clave del éxito de ambos métodos es una organización y una planificación meticulosa de todas sus etapas.
En un corto plazo, ¿cómo beneficiará a los estudiantes la aplicación de estas metodologías?
Por lo general, estos métodos ayudan a tener éxito y un mejor desempeño en la asignatura, debido a que reciben mucha retroalimentación e interactúan continuamente con otros estudiantes. Asimismo, aprovechan para aprender de manera más profunda, enfrentándose a una variedad de puntos de vista; amplían su gama de estrategias de aprendizaje y se vuelven más eficaces en la resolución de problemas reales o de situación concretas.
Por otra parte, los momentos de reflexión fomentan la capacidad metacognitiva de los estudiantes. Esta les permite entender cómo se aprende, cómo se procede para hacer las cosas; por qué se equivocan y cómo se podría mejorar. Estos métodos también tienden a impactar positivamente sobre la capacidad de análisis, la creatividad, la motivación y el interés por la materia.
Foto: Universia.
